Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas

domingo, 8 de enero de 2012

El Poder de la Filosofía Personal en el Rol del Líder


Tu filosofía personal es esencial para influir en las personas que te siguen en tu negocio de MLM y en la vida en general.

Una de las más grandes aspiraciones de muchas personas es poder llegar a influir en los demás al punto de inspirarlos a cambiar sus vidas. No obstante, para tener éxito en esta aspiración es imprescindible tomar en cuenta aquellos rasgos de carácter que nos habitan desde hace mucho y que han llegado a ser transparentes para nosotros. Estos rasgos de carácter son las herramientas emocionales que poseemos para hacer el trabajo y algunas son muy buenas; pero otras tienden a destruir más que edificar.

Vamos a pasearnos por algunos (no todos) de los rasgos de carácter clave en un líder. 

La forma como tratas tu cuerpo, especialmente la forma como lo nutres, independiente de si tomas o no suplementos, es un indicador de tu carácter y del respeto que sientes por ti mismo. Cuando te tratas con respeto a ti mismo y lo evidencias en tus hábitos alimenticios y en la ausencia de vicios, estás enviando un mensaje claro a quienes ofreces ser su líder de que les tratarás con el mismo respeto, así como de tu reverencia y conciencia por la maravillosa herramienta de trabajo que es tu cuerpo.


Este es sólo uno de los aspectos que tu filosofía personal debe abarcar.

Toma en cuenta también la forma como te relacionas con el dinero. ¿Te has preguntado alguna vez desde dónde te relacionas con el dinero? ¿Desde la escasez o desde la abundancia? Este es otro gran indicador de tu carácter. Si tiendes a gastar desenfrenadamente el dinero, o realizas compras impulsivas de artículos o servicios que no necesitas; o si por el contrario, en el otro extremo del espectro, no compartes de tus bienes ni ayudas a otros porque piensas que te quedarás sin nada, estás esbozando rasgos que necesitas analizar y conductas que debes observar detenidamente, porque éstas están hablando a gritos de ti. El dinero es un medio para el logro de muchas de las realizaciones más importantes de la vida. Pero es sólo eso: un medio. No obstante, no por ello debe ser tratado con menosprecio (mostrando tal vez un autoproclamado “desapego” al dinero), sino con respeto, ya que éste representa una de las más grandes energías en nuestro universo y le da a la persona que lo posee, mucho o poco, la capacidad de ayudar a otros. Al usar el dinero con el fin de edificar tu vida y ayudar a otros en el proceso, estás demostrando una gran madurez, desapego a lo material, y mucha compasión y amor por los demás. ¿Te gustaría trabajar con alguien que tenga estos atributos de carácter? 

Las cosas que dices acerca de otros en su ausencia. Este es quizá uno de los rasgos que más contribuye a lograr o no influir sobre los demás. Las personas tienden a respetar, a escuchar y a dar autoridad a aquellos que edifican al ausente. Esto al mismo tiempo genera el pegamento de las relaciones: La Confianza. Siempre confiarás en alguien que sólo hable bien de los ausentes y que les defienda cuando ellos mismos no pueden hacerlo.

Me gustaría ilustrar este principio con el siguiente ejemplo. Te encuentras en un grupo de trabajo y resulta que alguien que no se encuentra presente en ese momento ha cometido un error. El líder del equipo no deja de ver el error como una falla y es consiente de que se debe resolver la situación, pero en lugar de comenzar a calificar de esto o de aquello a que quien lo cometió y a resaltar sus debilidades, comienza a analizar el escenario y a pensar en cómo ayudar a esa persona a que no vuelva a cometerlo: qué podría necesitar aprender, qué situación pueda estar pasando en lo personal que afectó su desempeño, qué factores externos influyeron en su decisión; y al mismo tiempo resalta los logros de este individuo en el pasado. Cuando alguien del equipo intenta personalizar el error y ponerle la etiqueta de culpable al “pecador”, el líder de inmediato, pero de forma cortés, lo interrumpe y pasa a resaltar las virtudes de aquel e indica al potencial acusador que lo importante es poder salir adelante y corregir el curso, más que fijar la culpa en alguien.

¿Qué pensarías de un líder así? ¿Confiarías en él?

Tal vez uno de los más grandes atributos en un líder es el servicio y tal vez el ejemplo más grande servicio que ha evidenciado la historia humana es Jesús. El momento en el que Él lavó los pies de sus Apóstoles es una muestra de este servicio. Aunque no tenía por qué hacerlo, Jesús decidió que ese acto daría una poderosa lección a sus discípulos en relación al tipo de liderazgo que Él quería enseñar. Al final, la lección de liderazgo de servicio fue consumada con su propia muerte en la cruz como resultado del amor desinteresado por su gente.

El liderazgo basado en el principio del servicio es un poderoso medio de influencia. Muchos temen que si sirven a quienes lideran perderán autoridad, pero el efecto es completamente opuesto. Permítanme relatarles una experiencia que viví y que ilustra este principio. Hace años, me encontraba en casa de un gran líder a quien respeto, amo y a quien debo gran parte de lo que soy, compartiendo la mesa con él y otras personas. Éste gran hombre no sólo es un líder en lo personal, sino que es uno de los Top Achievers de su compañía de MLM, primer Diamante en el país, con muy, muy altos ingresos. Adicionalmente, para el momento era uno de los más altos líderes de nuestra Iglesia, respetado por la gente y la comunidad. Luego de terminar la comida, él pidió permiso y se puso de pie, se colocó el delantal y comenzó a recoger los platos. Después pasó con la jarra del jugo en su mano preguntando quién deseaba tomar más y sirvió a aquellos que levantaron su vaso. Tomó un trapo húmedo y limpió la mesa. Se remangó la camisa y comenzó a lavar los platos. Pero lo más hermoso de todo lo que estaba ocurriendo es que no era un acto para impresionarnos, sino que era un hábito en su carácter. El servicio era parte de la esencia de su ser.

Me maravillé al ver esta escena. A partir de ese momento respeté mucho más a esa persona por quien ya sentía mucho respeto y le di mucha más autoridad. Sentí que su poder de influencia sobre mí era mayor y estaba más abierto a escucharle y a seguirle.

Por último (por último para efectos de este artículo), pero no menos importante, dentro de tu filosofía personal debe figurar entre los primeros lugares el hábito de la acción. Actuar mientras planificas, actuar mientras hablas, actuar mientras piensas. Actuar, actuar, actuar.

Para la mayoría de las personas es muy fácil hablar desde la tribuna, desde el púlpito, desde la tarima. Pero en la arena de la acción tal vez necesitan todavía aprender a moverse. Un líder sabe que la planificación es importante. Que las palabras de motivación son importantes. Pero por encima de ello sabe que lo más importante y la más poderosa forma de enseñar a otros es actuando, ejecutando ese plan, trabajando como dice a su gente que se debe trabajar, saliendo adelante en esa dura prueba que le tocó vivir, y evitando quejarse cuando llegan los tiempos de dificultad financiera, relacional o de salud. El poder de la Acción. Es lo único que realmente genera resultados. Un arquitecto puede diseñar la casa más hermosa y funcional del mundo, pero si no se pone manos a la obra, tal casa no existirá jamás. No pasará de ser un dibujo en un papel. ¿Y cuántos dibujos no hay pegados en los mapas de éxito de muchas personas? No está mal, porque ese es el principio del camino, pero ese éxito no se logra con sólo ver el mapa y las fotos o dibujos en él todas las mañanas y decirse a sí mismo: "algún día lo lograré". Se logra saliendo a la calle, tomando el teléfono, llevando a cabo reuniones, prospectando, reclutando y en lo personal se logra al pedir perdón, al abrazar, al salir al parque con los niños, al salir en cita con la esposa en forma regular, al visitar a esa familia que está pasando dificultades financieras y brindarles la ayuda que necesitan. En fin, haciendo lo que se tenga que hacer para lograr los resultados que se buscan. 

Recordemos este principio universal y que tiene que ver con la acción: No hay crecimiento en la zona confort. Para lograr lo que queremos, hay que incomodarse. 


Estos cinco rasgos de carácter, como dije al principio, no son todos los atributos que un verdadero líder necesita para influir poderosamente en su gente, pero es un buen comienzo poder esforzarse por llevar a cabo un auto examen y determinar en qué punto se encuentra y luego definir cómo empezará a actuar para desarrollar aquellos que necesita.

Concluimos naturalmente que un buen líder será también un buen auspiciador en su empresa de MLM porque trasladará estos rasgos de carácter en su ser directamente y de forma espontánea a su rol como auspiciador. Existe una gran diferencia entre ser un auspiciador y ser un patrocinador. El patrocinar es simplemente cumplir con los requisitos del sistema para ingresar a un nuevo asociado y asegurarse de que se cumplan los requisitos mensuales de mantenimiento en volumen a través de llamadas de seguimiento y una que otra reunión. Esto usualmente crea la ilusión al líder de que está haciendo un excelente trabajo con su nuevo asociado. El auspiciar no es un procedimiento ni es parte de un sistema. El auspiciar es el proceso continuo de crear una firme y duradera relación con quien creyó en ti, ayudándole en todo el camino, sin importar cuán difícil sea, para que pueda lograr sus sueños, que no son menos importantes que los tuyos. A tomar decisiones, que no son menos difíciles que las tuyas. A construir una organización, que no es más sencillo que construir la tuya.

Todo líder con visión entenderá que su energía debe ser puesta en aquel lugar o persona en donde ésta sea merecida, y no necesariamente en donde sea necesitada. ¿Por qué? Porque muchas veces aquella persona que tú sabes necesita de tu ayuda y energía no se da cuenta y no valora tu esfuerzo, por lo tanto no sabrá aprovecharla y tu tiempo, recursos y energía se disiparán como vapor. No obstante, aquellos que están ávidos de recibir de lo que tienes para dar, y lo buscan con ahínco, merecen que les des todo de ti, porque será grande el resultado.

El líder sincero se interesa genuinamente en otros y actúa en concordancia. Sabe que proceder de esa manera tiene un mayor impacto en su espectro relacional que cualesquiera palabras que intente expresar. Él sabe que no debe preocuparse mucho por lo que habrá de cosechar, porque sabe también que la siembra fue buena.

Siembra siempre cosas buenas y la cosecha será abundante para todos.




martes, 20 de diciembre de 2011

El Corazón de un Líder


A menudo sentimos admiración por aquellos hombres y mujeres que de una u otra manera ejercen una poderosa influencia en nosotros a través de su ejemplo y palabras. Muchas veces pensamos que nos gustaría ser como ellos y poder llevar vidas así. Podemos conocer hombres y mujeres maravillosos, visionarios, trabajadores y bondadosos. Hombres y mujeres cuyo corazón está lleno de cosas buenas. Que buscan siempre hacer que aquellas personas que se encuentren cerca se sientan bien, no sólo por un momento, sino siempre y en todo aspecto.

Pero, ¿cuál es el factor que convierte a una persona en un líder? La respuesta a esta pregunta es simple y de una sola palabra, mas sin embargo requiere de un gran esfuerzo: Carácter.

El carácter es lo que eres en esencia. Lo que tu ser es. Lo contrario a carácter es Personalidad, que es lo que se nota a primera vista. Es la punta del iceberg solamente y se puede fingir. El carácter no puede fingirse, porque está fundamentado en leyes naturales o principios y éste se desarrolla con los años a través de experiencias únicas para cada ser humano y por las cuales se paga un precio.

Es similar al trabajo que se realiza en una granja. La siembra tiene un proceso que no puede alterarse. Debes plantan en primavera, cuidar en verano y cosechar en otoño. No se puede alterar el proceso. O tu cuerpo. Si deseas ser saludable, debes someterte a ciertas leyes naturales que toman su tiempo para dar los resultados que esperas. Alimentación, ejercicio. Son cosas que no se pueden fingir. ¿Se podría fingir hacer 50 flexiones seguidas? ¿O correr media maratón? ¿Se puede fingir eso? No, no se puede. Debe pagarse el precio y hacerse el esfuerzo que se requiere.

El liderazgo es igual. El liderazgo se trata de relaciones con otras personas y si bien se puede fingir tener una personalidad agradable a primera vista a través de técnicas que tantos libros venden, el poder mantener una relación en el tiempo, ganarse el respeto y tener autoridad dependerá de tu Carácter. El evangelio nos provee de una fuente infinita de ejemplos de buen Carácter y de cómo desarrollarlos, siendo el primero de ellos Jesucristo mismo.

Nuestro Salvador nos dio el ejemplo permanente del factor que convierte a una persona en Líder ejemplar, y somos testigos de que el rasgo más importante de nuestro Señor era su carácter. Él no estaba interesado en caerle bien a las personas ni en ser popular. Su único enfoque era el bienestar eterno de aquellos a quienes ministraba, aunque las mismas personas no tuvieran conciencia de ello y les molestara que Él se "metiera en sus vidas" con su mensaje de libertad espiritual.

Pero no necesitamos ser salvadores de las masas, ni presidente de una nación, o director en una multinacional para ser un gran líder. El Señor nos ha provisto de escenarios en los que podemos llevar a cabo una importante labor de liderazgo a través de la cual podremos bendecir las vidas de muchas personas, y el más importante de todos estos escenarios es nuestra vida personal.

El primer nivel de liderazgo lo ejercemos en nuestra propia vida, tomando control de aquellas cosas que pueden determinar el curso de ella: la forma como tratamos a los miembros de nuestra familia, lo que le damos a nuestro cuerpo como alimento, nuestra educación, nuestra fuente de ingresos, entre otras cosas. Desarrollar auto-dominio es una forma de liderazgo que nos permite tener claro el norte hacia el cual hemos elegido dirigirnos.

El segundo nivel de liderazgo está en nuestra relación con los miembros de nuestra familia y amigos. La identidad que ellos se formen de nosotros en sus mentes, el nivel de respeto y la autoridad que nos den dependerán exclusivamente del carácter que ellos perciban en nosotros. Muchos de los problemas que se presentan entre parejas se deben a que se ha perdido ese vínculo que estaba sujeto por el carácter individual. Nuestra influencia en ellos está determinada por la percepción que ellos tengan de nosotros.

El siguiente nivel de liderazgo es el liderazgo público que se ejerce en la Iglesia, trabajo o en la comunidad. Y es allí donde se pone a prueba el verdadero corazón de un líder, el cual para ser exitoso y lograr influir en las personas verdaderamente debe haber desarrollado en todo el tiempo anterior a ese momento, un Carácter lo más parecido al de Cristo y evidentemente, fundamentado sobre leyes naturales o principios. Esto es lo que le va a permitir influir en otros positivamente. Aquí no hay fórmulas mágicas ni arreglos cosméticos. Las relaciones se perpetúan y la influencia es real solamente cuando el Líder tiene una base de Carácter sólida.

Es nuestro deber realizar un inventario de nuestro carácter. Meditar en cuanto a ello. Dedicarle tiempo a la introspección y descubrir aquellas cosas que nos están alejando de ser más como Cristo.

Que el Señor nos bendiga a todos y nos dé la fortaleza de aceptar aquellas cosas que necesitamos cambiar y el valor y sabiduría para hacerlo.


martes, 14 de diciembre de 2010

Juventud y Liderazgo


Hay una preocupación global en el mundo y es que la mayoría de los jóvenes de hoy día no están enfocados en ejercer liderazgo ni en crecer en lo personal, como sí era el interés de los jóvenes en las décadas de los 50, 60, 70 y 80. Hoy su enfoque parece estar en los videojuegos, en conseguir la mayor cantidad de amigos en Facebook, en enviar más Twitters que sus amigos, en tener el teléfono más “in”, en mantener una imagen exterior atractiva y en ser los más populares.

Este comportamiento inevitablemente los distrae y aleja de la responsabilidad inherente que tienen de darle forma al futuro de la humanidad. Hogares, comunidades, iglesias, ciudades, países y organizaciones globales trabajan sin descanso y esperan que sus jóvenes puedan darse cuenta del vacío que se está creando al ignorar ese vínculo existente por naturaleza entre ellos y su entorno, y que en ese despertar puedan comenzar a realizar los cambios necesarios para alinearse nuevamente con su propósito natural.

Es nuestra la responsabilidad de ejercer ese liderazgo hasta ser relevados por ellos, pero antes es imprescindible que nos entreguemos a esta juventud que nos relevará, para así asegurarnos que el planeta quedará en las mejores manos. Para lograr esto, la prédica con el ejemplo es lo que causará el mayor impacto. El esfuerzo personal de vivir una vida, no perfecta, pero sí lo más íntegra posible, puede generar en la juventud que nos rodea la influencia necesaria para motivarles a llenar sus vidas de experiencias significativas, visión y un compromiso con el entorno. 

No está mal usar Facebook, o jugar Mario Bros.; al contrario, son herramientas de comunicación y distracción geniales. No obstante, comenzar una vida sobre la base única de estos hábitos solamente, puede no proveer los fundamentos para una vida equilibrada. 

Por favor, no deseo transmitir un mensaje de mega responsabilidad, tanto nuestra como de nuestros jóvenes. No deseo que se entienda que el fin de este artículo es recargar con culpa a padres y jóvenes. Tampoco se intenta insinuar que cada joven tiene que ser un líder global. Al contrario, el objetivo es generar una reflexión acerca de la manera como se pasa el tiempo y el tipo de hábitos que se están formando en nosotros y nuestros jóvenes. Lo que ingrese en nuestra mente y espíritu en los primeros años de vida, es lo que determinará la actitud ante ella y la forma como decidamos enfrentar los desafíos que seguramente se tendrán. 

El liderazgo personal puede ser el comienzo de la edificación de una vida equilibrada (nótese que no hablo de "vida exitosa", sino vida equilibrada). Es en el liderazgo personal que el individuo comienza a conectarse consigo mismo y que comienza a descubrir su relación con la responsabilidad. No tiene que ver con ser un líder de masas; solamente se trata de ser líder de sí mismo, de sus hábitos, costumbres, emociones, decisiones. No se trata de esperar que ese joven sea un presidente de un país, o de una corporación multinacional; ni siquiera un gran y efectivo gerente. Se trata de esperar que ese joven tenga una visión clara de lo que puede darle a la vida y de lo que puede esperar de ella como resultado de sus acciones. 

Nuevamente, todo comienza en los primeros años. Si tenemos hijos o jóvenes cerca a los cuales podamos influir positivamente, hagámoslo. Tratemos de que ellos comprendan su rol en el mundo de cuánto harán la diferencia en él si se esfuerzan por vivir vidas íntegras.