Tu filosofía personal es esencial para
influir en las personas que te siguen en tu negocio de MLM y en la vida en
general.
Una de las más grandes aspiraciones de muchas
personas es poder llegar a influir en los demás al punto de inspirarlos a
cambiar sus vidas. No obstante, para tener éxito en esta aspiración es
imprescindible tomar en cuenta aquellos rasgos de carácter que nos habitan
desde hace mucho y que han llegado a ser transparentes para nosotros. Estos
rasgos de carácter son las herramientas emocionales que poseemos para hacer el
trabajo y algunas son muy buenas; pero otras tienden a destruir más que
edificar.
Vamos a pasearnos por algunos (no todos)
de los rasgos de carácter clave en un líder.
La forma como tratas tu cuerpo, especialmente
la forma como lo nutres, independiente de si tomas o no suplementos, es un
indicador de tu carácter y del respeto que sientes por ti mismo. Cuando te tratas
con respeto a ti mismo y lo evidencias en tus hábitos alimenticios y en la ausencia
de vicios, estás enviando un mensaje claro a quienes ofreces ser su líder de
que les tratarás con el mismo respeto, así como de tu reverencia y conciencia
por la maravillosa herramienta de trabajo que es tu cuerpo.
Este es sólo uno de los aspectos que tu
filosofía personal debe abarcar.
Toma en cuenta también la forma como te
relacionas con el dinero. ¿Te has preguntado alguna vez desde dónde te
relacionas con el dinero? ¿Desde la escasez o desde la abundancia? Este es otro
gran indicador de tu carácter. Si tiendes a gastar desenfrenadamente el dinero,
o realizas compras impulsivas de artículos o servicios que no necesitas; o si
por el contrario, en el otro extremo del espectro, no compartes de tus bienes
ni ayudas a otros porque piensas que te quedarás sin nada, estás esbozando
rasgos que necesitas analizar y conductas que debes observar detenidamente,
porque éstas están hablando a gritos de ti. El dinero es un medio para el logro
de muchas de las realizaciones más importantes de la vida. Pero es sólo eso: un
medio. No obstante, no por ello debe ser tratado con menosprecio (mostrando tal
vez un autoproclamado “desapego” al dinero), sino con respeto, ya que éste
representa una de las más grandes energías en nuestro universo y le da a la
persona que lo posee, mucho o poco, la capacidad de ayudar a otros. Al usar el
dinero con el fin de edificar tu vida y ayudar a otros en el proceso, estás
demostrando una gran madurez, desapego a lo material, y mucha compasión y amor
por los demás. ¿Te gustaría trabajar con alguien que tenga estos atributos de
carácter?
Las cosas que dices acerca de otros en su
ausencia. Este es quizá uno de los rasgos que más contribuye a lograr o no influir
sobre los demás. Las personas tienden a respetar, a escuchar y a dar autoridad
a aquellos que edifican al ausente. Esto al mismo tiempo genera el pegamento de
las relaciones: La Confianza. Siempre confiarás en alguien que sólo hable bien
de los ausentes y que les defienda cuando ellos mismos no pueden hacerlo.
Me gustaría ilustrar este principio con
el siguiente ejemplo. Te encuentras en un grupo de trabajo y resulta que
alguien que no se encuentra presente en ese momento ha cometido un error. El
líder del equipo no deja de ver el error como una falla y es consiente de que
se debe resolver la situación, pero en lugar de comenzar a calificar de esto o
de aquello a que quien lo cometió y a resaltar sus debilidades, comienza a
analizar el escenario y a pensar en cómo ayudar a esa persona a que no vuelva a
cometerlo: qué podría necesitar aprender, qué situación pueda estar pasando en
lo personal que afectó su desempeño, qué factores externos influyeron en su
decisión; y al mismo tiempo resalta los logros de este individuo en el pasado.
Cuando alguien del equipo intenta personalizar el error y ponerle la etiqueta
de culpable al “pecador”, el líder de inmediato, pero de forma cortés, lo
interrumpe y pasa a resaltar las virtudes de aquel e indica al potencial
acusador que lo importante es poder salir adelante y corregir el curso, más que
fijar la culpa en alguien.
¿Qué pensarías de un líder así?
¿Confiarías en él?
Tal vez uno de los más grandes atributos
en un líder es el servicio y tal vez el ejemplo más grande servicio que ha
evidenciado la historia humana es Jesús. El momento en el que Él lavó los pies
de sus Apóstoles es una muestra de este servicio. Aunque no tenía por qué
hacerlo, Jesús decidió que ese acto daría una poderosa lección a sus discípulos
en relación al tipo de liderazgo que Él quería enseñar. Al final, la lección de
liderazgo de servicio fue consumada con su propia muerte en la cruz como
resultado del amor desinteresado por su gente.
El liderazgo basado en el principio del
servicio es un poderoso medio de influencia. Muchos temen que si sirven a
quienes lideran perderán autoridad, pero el efecto es completamente opuesto. Permítanme relatarles una experiencia que viví y que ilustra este principio. Hace
años, me encontraba en casa de un gran líder a quien respeto, amo y a quien debo gran parte de lo que soy,
compartiendo la mesa con él y otras personas. Éste gran hombre no sólo es un
líder en lo personal, sino que es uno de los Top Achievers de su compañía
de MLM, primer Diamante en el país, con muy, muy altos ingresos.
Adicionalmente, para el momento era uno de los más altos líderes de nuestra Iglesia, respetado
por la gente y la comunidad. Luego de terminar la comida, él pidió permiso y se
puso de pie, se colocó el delantal y comenzó a recoger los platos. Después pasó
con la jarra del jugo en su mano preguntando quién deseaba tomar más y sirvió a
aquellos que levantaron su vaso. Tomó un trapo húmedo y limpió la mesa. Se
remangó la camisa y comenzó a lavar los platos. Pero lo más hermoso de todo lo que estaba ocurriendo es que no era un acto para impresionarnos, sino que era un hábito en su carácter. El servicio era parte de la esencia de su ser.
Me maravillé al ver esta escena. A partir
de ese momento respeté mucho más a esa persona por quien ya sentía mucho
respeto y le di mucha más autoridad. Sentí que su poder de influencia sobre mí
era mayor y estaba más abierto a escucharle y a seguirle.
Por último (por último para efectos de este
artículo), pero no menos importante, dentro de tu filosofía personal debe
figurar entre los primeros lugares el hábito de la acción. Actuar mientras
planificas, actuar mientras hablas, actuar mientras piensas. Actuar, actuar,
actuar.
Para la mayoría de las personas es muy
fácil hablar desde la tribuna, desde el púlpito, desde la tarima. Pero en la
arena de la acción tal vez necesitan todavía aprender a moverse. Un líder sabe
que la planificación es importante. Que las palabras de motivación son
importantes. Pero por encima de ello sabe que lo más importante y la más
poderosa forma de enseñar a otros es actuando, ejecutando ese plan, trabajando
como dice a su gente que se debe trabajar, saliendo adelante en esa dura prueba
que le tocó vivir, y evitando quejarse cuando llegan los tiempos de dificultad
financiera, relacional o de salud. El poder de la Acción. Es lo único que
realmente genera resultados. Un arquitecto puede diseñar la casa más hermosa y
funcional del mundo, pero si no se pone manos a la obra, tal casa no existirá
jamás. No pasará de ser un dibujo en un papel. ¿Y cuántos dibujos no hay
pegados en los mapas de éxito de muchas personas? No está mal, porque ese es el
principio del camino, pero ese éxito no se logra con sólo ver el mapa y las fotos o
dibujos en él todas las mañanas y decirse a sí mismo: "algún día lo lograré". Se logra saliendo a la calle, tomando el teléfono, llevando a
cabo reuniones, prospectando, reclutando y en lo personal se logra al pedir perdón, al abrazar, al salir al parque con los niños, al salir en cita con la esposa en forma regular, al visitar a esa familia que está pasando dificultades financieras y brindarles la ayuda que necesitan. En fin, haciendo lo que se tenga que hacer
para lograr los resultados que se buscan.
Recordemos este principio universal y que tiene que ver con la acción: No hay crecimiento en la zona confort. Para lograr lo que queremos, hay que incomodarse.
Estos cinco rasgos de carácter, como dije
al principio, no son todos los atributos que un verdadero líder necesita para
influir poderosamente en su gente, pero es un buen comienzo poder esforzarse
por llevar a cabo un auto examen y determinar en qué punto se encuentra y luego definir cómo empezará a actuar para desarrollar aquellos que necesita.
Concluimos naturalmente que un buen líder
será también un buen auspiciador en su empresa de MLM porque trasladará estos rasgos de carácter en
su ser directamente y de forma espontánea a su rol como auspiciador. Existe una
gran diferencia entre ser un auspiciador y ser un patrocinador. El patrocinar
es simplemente cumplir con los requisitos del sistema para ingresar a un nuevo
asociado y asegurarse de que se cumplan los requisitos mensuales de
mantenimiento en volumen a través de llamadas de seguimiento y una que otra
reunión. Esto usualmente crea la ilusión al líder de que está haciendo un
excelente trabajo con su nuevo asociado. El auspiciar no es un procedimiento ni es
parte de un sistema. El auspiciar es el proceso continuo de crear una firme y
duradera relación con quien creyó en ti, ayudándole en todo el camino, sin
importar cuán difícil sea, para que pueda lograr sus sueños, que no son menos
importantes que los tuyos. A tomar decisiones, que no son menos difíciles que
las tuyas. A construir una organización, que no es más sencillo que construir
la tuya.
Todo líder con visión entenderá que su
energía debe ser puesta en aquel lugar o persona en donde ésta sea merecida, y
no necesariamente en donde sea necesitada. ¿Por qué? Porque muchas veces aquella persona que tú sabes necesita de tu ayuda y energía no se da cuenta y no valora tu esfuerzo, por lo tanto no
sabrá aprovecharla y tu tiempo, recursos y energía se disiparán como vapor. No
obstante, aquellos que están ávidos de recibir de lo que tienes para dar, y lo
buscan con ahínco, merecen que les des todo de ti, porque será grande el
resultado.
El líder sincero se interesa genuinamente
en otros y actúa en concordancia. Sabe que proceder de esa manera tiene un
mayor impacto en su espectro relacional que cualesquiera palabras que intente
expresar. Él sabe que no debe preocuparse mucho por lo que habrá de cosechar,
porque sabe también que la siembra fue buena.
Siembra siempre cosas buenas y la cosecha
será abundante para todos.
Estoy 100% de acuerdo Sr. Santacruz. Muchas gracias por compartir esta valiosa información con sus lectores.
ResponderEliminarRecomiendo el artículo a todo el mundo!
Exitos en todo lo que emprenda.
Verónica A.